La toma de Avdiivka revitaliza la moral de Rusia en Ucrania: "Es un regalo para Putin, llevaba 10 años resistiendo a los rusos"
El ejército ruso mantiene su ofensiva en los alrededores de Avdiivka y, tras anunciar este fin de semana la toma de la ciudad, se ha hecho este lunes con el control de la gran planta química de coque, una instalación que las fuerzas ucranianas habían transformado en un bastión defensivo. Se trata de la industria más grande de Europa dedicada a la producción de coque, un derivado del carbón que se utiliza como combustible en altos hornos para la fabricación de hierro y acero.
Según el Ministerio de Defensa ruso, esta planta química era uno de los principales obstáculos para el avance de las tropas rusas, como lo fue en su día la acería de Azovstal en Mariúpol, pero una vez tomada, el ejército ucraniano se ha visto obligado a replegar hacia el este sus posiciones en esta zona de la región de Donetsk.
"Sobre los edificios administrativos de la fábrica de Avdiivka ya ondean las banderas rusas", ha informado el mando militar ruso en un comunicado, en el que ha indicado que las Fuerzas Armadas rusas continúan atacando al ejército ucraniano con artillería y aviación. También detalla que Ucrania ha perdido más de 1.500 soldados durante la toma de la ciudad y que la superficie total de "territorio liberado" asciende a 31,75 kilómetros cuadrados.
Foco de resistencia desde la guerra del Donbás
Eso sí, Garat recuerda que Avdiivka es una ciudad que lleva resistiendo el asedio de las fuerzas prorrusas de Donetsk desde el inicio de la guerra del Donbás, en año 2014: "Para Rusia es una toma muy simbólica y desde ese punto de vista es muy importante porque Avdiivka llevaba resistiendo a los rusos diez años. Es una ciudad pequeña, de 30.000 habitantes, muy cerca de la capital de Donetsk, pero que lleva resistiendo una década y en los últimos meses ha sufrido ataques continuos todos los días".
En ese sentido, destaca que es una medalla para Vladimir Putin a un mes de las elecciones presidenciales en Rusia, aunque nadie duda de que el dueño del Kremlin ganará por goleada esos comicios, rodeados de denuncias de fraude e irregularidades por parte de la oposición. "Putin se acaba de hacer dos regalos justo antes de las elecciones. Uno es la toma de Avdiivka y el otro es el asesinato de Navalni. Ambos han sido costosos para Rusia, uno en forma de sangre y otro de prestigio, pero ambos le apetecían mucho al presidente ruso", dice.
"Putin se acaba de hacer dos regalos justo antes de las elecciones. Uno es la toma de Avdiivka y el otro es el asesinato de Navalni"
Lo cierto es que Putin no dudó en felicitar a "todas las unidades que participaron en la conquista de Avdiivka" a través de un mensaje presidencial en el que pidió "gloria eterna a los caídos en el cumplimiento de las misiones de la operación militar especial".
Por el contrario, Kiev ha restado importancia a la pérdida de este enclave y ha asegurado que el repliegue de sus tropas "no es una tragedia para el ejército ucraniano". Un portavoz militar ha indicado, además, que las tropas ucranianas "han cumplido su misión de desgastar a las reservas rusas" y ha calificado la toma de Avdiivka como "una victoria de alto coste para Rusia".
El presidente Zelenski, por su parte, ha culpado a Occidente de la pérdida de la ciudad por no enviar a Ucrania el armamento necesario: "No tenemos armas de largo alcance y Rusia las tiene. Nuestra artillería tiene un alcance de menos de 20 kilómetros mientras que la rusa tiene un alcance de alrededor de 40 kilómetros".
Pero aunque la toma de Avdiivka es el mayor éxito de Rusia desde la reconquista de Bajmut, hace ya casi un año, no parece que vaya a cambiar demasiado el devenir de la guerra en Ucrania. "Tiene importancia desde el punto de vista político y moral, pero no desde el punto de vista táctico y militar", explica el almirante en la reserva del ejército español, Juan Rodríguez Garat, quien subraya que apenas quedan edificios en pie porque "Rusia ha pulverizado todo lo que quedaba de esa zona", antaño un importante centro industrial a solo 15 kilómetros de la capital regional de Donetsk.
"Conquistar Avdiivka le ha costado a Rusia cuatro meses y es algo que se venía intuyendo desde hace tiempo, pero aunque ahora lleve la iniciativa, su ritmo de avance es igual de lento que el contraataque ucraniano en su momento. El progreso va tan despacio porque los soldados avanzan a pie, asaltando trincheras, ya que las fuerzas mecanizadas rusas son prácticamente inexistentes desde el punto de vista operativo y así no es posible forzar un frente amplio", explica el almirante.
